Se materializa el tacto
inusual de su ausencia.
Gime tras los cristales
una lluvia tibia de verano,
a la memoria viene el ayer colgado de hojas moribundas.
Y en ese tiempo flash
clic, clac
se hace mañana
el hoy real
y no temido.
Una mujer madre, prepara el desayuno con una lágrima de victoria.
Sin gritos, sin amenazas,
moviendo la cuchara
al son de la dulce melodía de la libertad.
Libertad que jamás debió concederle al sapo,
que creyó príncipe.
Charo cano "Darilea"
Cobijo de lluvia interior. Paisaje húmedo, aunque sereno y sembrado de vida.
jueves, 18 de julio de 2019
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3 comentarios:
¡Hola! Libertad... Eso tan simple y a la vez valioso.
Te sigo, te espero por mi rincón.
Un saludo.
https://marca-indeleble.blogspot.com/
Hermoso!!!
Te envío mi abrazo.
Dani..
¿Sabes el cuento de la princesa que besó a un príncipe y se convirtió en sapo? ¿O quizás era ya un sapo pero la princesa no quiso verlo?
bss
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