Me da miedo, reconocerme
en tus gestos
y que algún día germinen
olvidos
en mis dedos,
y no florezcan recuerdos en mi boca.
Me da miedo no reconocer
los surcos de mi cara en el espejo
y olvidar el fruto de mi vientre en la memoria.
¡Tengo miedo, he de reconocerlo!
Cuando te miro
y veo el chiquillo
que habita despeinado
en las esquinas de tu frente
que se viste torpemente,
y busca sonrisas cómplices
al ser impertinente.
Me da miedo tanto amor,
tanta ternura,
que me muda,
a ese angosto
y triste mundo
que me habita.
Me da miedo despertar una mañana,
que te fueses,
y dejases a tu olvido
colgando de mi flequillo
y que mi yo fueses tú,
de nuevo…
Qué no fuéramos ninguno
que todo fuese olvido,
que lacrara un abismo
entre el ayer y el mañana.
Me da miedo,
miedo a que seamos luz,
luz apagada
sin memoria,
sin respuesta,
sin camino y sin más nada.
Charo Cano "Darilea"
Pd: 21 de septiembre día del Alzheimer