La caligrafía de sus dedos
guardan el aroma a pan
recién horneado.
Minutos de vida,
dejan su huella,
sobre la piel.
La vida en un minuto…
¡Sí!
breve paraíso de petit mort
en el umbral de un precipicio
en el que ambos
cayeron
perdidos en un suspiro…
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Una vez estiradas las
sábanas,
el amor acaba.