Discurren días gélidos,
rezuma un viento penetrante.
En el calendario, el olvido deja
su huella en días de ayer,
El tiempo es arañado,
por el minutero
de un reloj incansable.
El ocaso se muestra tímido
en su huida.
El alba despliega su vestido
de luz, sobre hojas caídas.
Pasan los días,
pasan las tardes,
en su transcurso se acorta el camino,
y yo, como tantos que sueñan con el sol,
escribo versos, mientras cae la lluvia
mojando los cristales y mi alma.
Darilea
Darilea